jueves, 25 de junio de 2009

se vende por quiebra


1 comentario:

  1. Un tiempo perdido para La Oroya
    Cuando estalló la crisis de Doe Run Perú, en febrero pasado, la posibilidad de que la minera entrase en Indecopi, a un proceso concursal, era una de las opciones. Su situación lo ameritaba. La minera no podía cerrar sus operaciones en La Oroya porque tenía una fuerte carga social (de la cual, dicho sea de paso, se ha aprovechado hábilmente Doe Run), por lo que requería que todos los actores: trabajadores, proveedores y la propia empresa se sentasen alrededor de la mesa en un ambiente más formal, como lo es el Indecopi, y formasen una junta de acreedores que evalúe y decida finalmente la viabilidad de la empresa.

    Doe Run fue la primera en negarse. Los proveedores también lo hicieron, pues afirmaban que esto implicaría alargar la deuda. Igualmente, los trabajadores la rechazaron porque decían que mientras se decidía la formación de la junta de acreedores (que manejaría la empresa una vez que empezara la reestructuración), la minera dejaría de operar y ellos, de laborar. Paradójicamente, seis meses después, lo que no querían que sucediera, está ocurriendo. Ahora tendrán que allanarse al Indecopi.

    Se trata de seis meses perdidos. Si en febrero se hubiera tomado la opción del Indecopi a estas alturas del partido ya estaríamos viendo otras opciones para La Oroya. Pues si, en el peor de los casos, la junta de acreedores hubiera declarado la no viabilidad de la empresa (que aún es una posibilidad), el Gobierno ya estaría en la obligación de analizar algún programa de reconversión laboral para los trabajadores de esta castigada ciudad.

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